Una de las expectativas razonables de cualquier terapia consiste en suministrar herramientas, para que tras la finalización de la terapia individual y la de grupo, podamos seguir un rumbo autónomo, gestionado ya por uno mismo. En mi experiencia, siempre después de una propuesta individual y su complemento en el grupo queda un vacío que muchas veces no termina de llenarse, frente a la vorágine a la que, de nuevo, nos vemos sometidos en lo cotidiano.
Mindfulness es una herramienta para la búsqueda de autonomía personal, que nos ayuda, a manera de guía personal, a resolver las situaciones personales y de conflicto con las que nos encontramos en lo cotidiano.
La práctica de Mindfulness implica una forma de estar en el mundo, intentando no vivir en la continua especulación de la mente, centrando la existencia en la intensidad del momento presente.
